Las personas con VIH que necesiten un trasplante de riñón o de hígado podrán recibir un órgano de un donante con VIH según una nueva norma anunciada el martes por funcionarios de salud estadounidenses.
Anteriormente, estos trasplantes sólo podían realizarse como parte de estudios de investigación. Se espera que la nueva norma, que entrará en vigor el miércoles, acorte la espera de órganos para todos, independientemente del estado serológico respecto del VIH, al aumentar el conjunto de órganos disponibles.
«Esta regla elimina barreras innecesarias a los trasplantes de riñón e hígado, ampliando el grupo de donantes de órganos y mejorando los resultados para los receptores de trasplantes con VIH», dijo el secretario de salud y servicios humanos de Estados Unidos, Xavier Becerra, en un comunicado.
La seguridad de esta práctica está respaldada por investigaciones, incluido un estudio publicado el mes pasado en el New England Journal of Medicine. Ese estudio siguió a 198 receptores de órganos durante hasta cuatro años, comparando aquellos que recibieron riñones de donantes VIH positivos con aquellos cuyos riñones provinieron de donantes sin VIH. Ambos grupos tuvieron tasas altas similares de supervivencia general y tasas bajas de rechazo de órganos.
En 2010, cirujanos de Sudáfrica proporcionaron la primera evidencia de que el uso de órganos de donantes VIH positivos era seguro en personas con VIH. Pero la práctica no se permitió en Estados Unidos hasta 2013, cuando el gobierno levantó la prohibición y permitió estudios de investigación.
Al principio los estudios eran con donantes fallecidos. Luego, en 2019, un equipo de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore realizó el primer trasplante de riñón del mundo de un donante vivo con VIH a un receptor VIH positivo.
En Estados Unidos se han realizado quinientos trasplantes de riñones e hígados de donantes VIH positivos.
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